Entrevistas

Objetivos de empresa: claves para un desempeño exitoso

Una empresa sin objetivos es como un camino sin rumbo. Por eso, definir nuestros objetivos es clave para llegar a donde queremos. Para asegurarnos de que vamos en la dirección correcta, el seguimiento será la brújula que determinará si el desempeño de nuestros colaboradores está siendo óptimo.
Esta semana conversamos con Miguel Burgos, conferenciante, investigador y consultor de Gestión de Personas y Desarrollo de Empresas con más de 20 años de experiencia con diferentes empresas: privadas y públicas, tradicionales y startups, grandes, medianas y pequeñas.

Bienvenido, Miguel. Para empezar, por favor cuéntanos quién eres y qué te apasiona.

Soy Miguel Burgos, consultor de Recursos Humanos y Desarrollo de Empresas. Provengo del mundo del deporte y me apasiona la gestión de personas. El ámbito deportivo es un excelente banco de pruebas de gestión de personas, porque los resultados son inmediatos, las emociones están visibles, y el trabajo en equipo es el elemento fundamental. Aplico mi experiencia en el mundo deportivo a las empresas desde hace más de 20 años.
Así que me apasionan las empresas que ponen a sus empleados en el centro de su atención. Me apasionan las empresas valientes que deciden apostar por cuidar a sus empleados, formarlos y, hacerles partícipes del día a día. Es la mejor forma de motivación, la mejor forma de tener trabajadores felices, y si la empresa tiene trabajadores felices, se inicia un círculo virtuoso donde son más productivos, hay menos absentismo, se atrae y retiene talento, y esto redunda en mejoras para la empresa.

¿Por qué es necesario que las empresas tengan claros sus objetivos tanto a nivel general como específico?

“No hay viento favorable para el que no sabe a dónde va”, decía Séneca. Hoy en día nos movemos en entornos inestables, entornos VUCA, en los que escuchamos habitualmente que las empresas deben tener flexibilidad y estar dispuestas a “pivotar”. Si bien esto es cierto y deberemos ir adaptando nuestras acciones a lo que va sucediendo, también es verdad que debemos saber lo que queremos y hacia dónde nos dirigimos porque, de lo contrario, no podremos pedir a toda la organización que reme a la vez en la misma dirección.
El hecho de que una empresa tenga claros sus objetivos ayuda a sus directivos a poner el foco en lo importante, y a todos sus empleados a que sepan qué es lo importante. Les ayuda a entender muchas decisiones, en definitiva, ayuda a alinear a toda la empresa en un fin común.

«Me apasionan las empresas valientes que deciden apostar por cuidar a sus empleados, formarlos y, hacerles partícipes del día a día. Es la mejor forma de motivación, la mejor forma de tener trabajadores felices, y si la empresa tiene trabajadores felices, se inicia un círculo virtuoso donde son más productivos, hay menos absentismo, se atrae y retiene talento, y esto redunda en mejoras para la empresa»

Si una empresa no tiene bien definidos sus objetivos, ¿por dónde puede comenzar para dejarlos claros?

El comienzo debe venir desde arriba. La dirección de la empresa debe marcar los objetivos generales. Eso no quiere decir que lo tengan que decidir desde las más altas esferas, sino que se pueden (o deben) establecer acciones para hacer partícipes a más personas. Hay muchas formas de hacerlo.
Una vez establecidos los objetivos generales, estos deben estar integrados en la filosofía de la empresa para que todos sus directivos se alineen. Ni qué decir de que, para marcar los objetivos, todas las empresas deberán haber definido qué son, cómo son y cuál es su sentido, es decir, deben definir la misión y visión como empresa, y deben establecer los valores que les caracterizan. Igualmente, la definición de la misión, visión y valores puede (o debe) hacerse de forma participativa.

Una vez establecidos estos objetivos, ¿cómo podemos ayudar o impulsar a los equipos y colaboradores a cumplirlos?

Una vez que tenemos los objetivos generales de la empresa, hay que desplegar objetivos de departamento o equipo y de personas. Debe hacerse a modo de árbol que se va acercando a la realidad de cada departamento y de cada equipo de trabajo. La mejor forma para conseguir que un trabajador pueda cumplir los objetivos, es que los entienda en primer lugar, y que los comparta en segundo. Por eso se deben asignar objetivos específicos, medibles, alcanzables, retadores y cumplibles en el tiempo, lo que conocemos como SMART. Pero es que además debemos explicárselos.
Cada trabajador que tenga asignados objetivos debe saber cómo repercute su cumplimiento en la empresa, y eso lo sabrá porque su o sus objetivos repercuten directamente en la consecución de un objetivo de su departamento, y este a su vez se refleja en el objetivo general de la empresa.

«El hecho de que una empresa tenga claros sus objetivos ayuda a sus directivos a poner el foco en lo importante, y a todos sus empleados a que sepan qué es lo importante. Les ayuda a entender muchas decisiones, en definitiva, ayuda a alinear a toda la empresa en un fin común»

¿De qué otras formas podemos ayudar al cumplimiento de estos objetivos?

Los trabajadores tienen que entender sus objetivos, ver cómo su trabajo redunda en el beneficio de la empresa. Para ello, los managers deben tener una reunión al inicio del año donde expliquen a cada colaborador qué se espera de él, cuáles son los indicadores que van a seguir para medir el objetivo. Y se explicará desde el punto de vista del empleado, del departamento y de la empresa.
Se establecerán reuniones intermedias de evaluación de objetivos, donde el manager preparará una reunión para dar feedback a sus colaboradores. El manager asume el rol de ayudar a sus empleados a conseguir los resultados, no es el supervisor que recrimina los desajustes porque todos reman en la misma dirección. Si las circunstancias lo requieren, se podrán hacer modificaciones a lo largo del año, o el periodo establecido lograr los objetivos, y al final de dicho periodo, habrá una evaluación de consecución.
Algunas empresas asocian una retribución variable a la consecución de los objetivos, también se pueden hacer reconocimientos públicos, dando a conocer los resultados de los departamentos, o haciendo rankings de los mejores empleados. Otra fórmula habitual es que los resultados totales sean la suma de la consecución de los objetivos individuales y de equipo. Esto incentiva a que los mejores trabajadores compartan sus mejores prácticas con sus compañeros, porque su resultado final depende también del resultado de su departamento.

¿Qué herramientas podemos utilizar para hacer seguimiento al cumplimiento de los objetivos?

Sin lugar a duda, la tecnología ayuda mucho a esta gestión por objetivos, ya que hay herramientas para registrar los objetivos de cada empleado y poder hacer un seguimiento. Debemos apoyarnos en herramientas de software donde también podamos ir registrando nuestras notas de las reuniones de feedback, sea en la parte de objetivos o dentro de otro tipo de evaluaciones, de manera que podamos disponer de cada empleado de un repositorio de resultados, evaluaciones, comentarios, etc., que ayude a la empresa en la toma de dediciones, como reestructuraciones, promociones, planes de formación, etc.
Conversaremos con Miguel Burgos este jueves 16 de marzo las 17h (hora en España) sobre este tema en una entrevista que podrás ver a través de nuestro canal de YouTube o en LinkedIn. ¡Te esperamos!

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